Las diez claves de por qué un perro NO es un lobo

El otro día visité el Centro del Lobo Ibérico en Puebla de Sanabria (Zamora) y mientras observaba a aquellos fascinantes animales me percaté que su forma de comportarse difería en algunos aspectos de los perros con los que yo trabajaba a diario como adiestrador canino.

De regreso a mi casa la idea de plasmarlo en un artículo me fue rondando la cabeza. Ayer lunes me metí de lleno en la vorágine del trabajo con unos y otros perros, dejando aparcada dicha idea. Y ahora, justo cuando la noche cae sobre el lugar donde vivo, me hallo sentado enfrente del ordenador, acariciando una tecla tras otra y dispuesto a darle forma a lo que en estos momentos bulle dentro de mi cabeza. Bueno pues, queridos amigos de EquipoCan, no me voy a extender más. ¿Queréis conocer las diez claves de por qué un perro NO es un lobo? ¡Pues ahí van!:

  1. El perro busca activamente la interacción con las personas y disfruta de ella. El lobo huye del ser humano y jamás se acercaría a él.
  2. El perro ladra y ese ladrido es parte de su repertorio comunicativo. El lobo raramente ladra y apenas significa nada dentro de las señales comunicativas que utiliza.
  3. Cuando un perro no sabe resolver un problema busca a su dueño para que la ayude a resolverlo. El lobo jamás haría esto porque tiene miedo a las personas y no hace nada por comunicarse con ellas.
  4. Al perro, si le enseñas, permite que manipules su comida o le retires su comedero. El lobo jamás permitiría que alguien le quite su comida, es más, ni siquiera dejaría que te acercarás a ella.
  5. El perro tiene una gran facilidad para aprender multitud de conductas y habilidades (sentarse, acudir a la llamada, dar la pata, etc). El lobo difícilmente aprendería esto.
  6. El perro vive en un grupo social, del que forma parte las personas, perros, u otros animales que conviven con él,  y dentro de ellos la dominancia juega un papel secundario. El lobo vive dentro de una manada y dentro de ella la jerarquía y la dominancia desempeña un papel predominante para la convivencia.
  7. El perro rara vez se enfada con nosotros. El lobo puede enfadarse (y de hecho lo hace) con cualquiera que ose disputarle su estatus o intente romper las reglas de la manada.
  8. El perro es muy hábil interpretando nuestros gestos. El lobo carece de esa capacidad.
  9. Los perros se aparean con todas las hembras que puede y es frecuente que una misma hembra sea montada por varios machos. En una manada de lobos se solo se aparean las pareja alfa, es decir, los jefes de la manada.
  10. Los perros juegan nosotros. Los lobos solo juegan con otros lobos.

CATEGORÍAS

POSTS RECIENTES

TEMAS

Etiquetas